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Vives tu propio cuento de hadas, donde todo es color de rosa. La vida tiene colores más bonitos y los besos y abrazos de tu persona favorita son la dosis perfecta de felicidad.
Desafortunadamente, no todas las relaciones evolucionan del enamoramiento a una relación madura de mutuo respeto y compromiso.
Mentir o engañar en el noviazgo son motivos súper evidentes que ocasionan que una relación termine. Sin embargo, existen otros factores no tan obvios, pero que también acaban con una relación.
Crítica constante:
Nadie es perfecto y no hay nada de malo en hacer o recibir sugerencias constructivas que nos ayuden a ser mejores personas. Sin embargo, si tu pareja te critica constantemente de manera negativa, exagera tus defectos y los repite en cada oportunidad que tiene, estamos hablando de una señal de alerta en la relación.
Falta de privacidad:
Todos tenemos derecho a nuestra privacidad. No tener privacidad y verse constantemente obligado a compartir todo con la otra persona es una señal de estar en una relación poco saludable.
Ejemplos de esta situación hay muchos. Como cuando tu pareja insiste en revisar tus mensajes, accede a tus redes sociales sin tu permiso, está al pendiente de tus llamadas, etc.
No te sientes en confianza de compartir lo que te importa:
La confianza es un pilar esencial en cualquier relación y cuando ésta falla, todo lo demás poco a poco se empieza a derrumbar.
Piensa si no te sientes capaz de contarle a tu pareja sobre tus sentimientos o cualquier situación que estés viviendo, porque no estás seguro si reaccionará con respeto y amabilidad o con menosprecio o enojo.
Intentar cambiarse uno al otro:
A veces las personas cambian, pero este cambio debe ser por una decisión personal y no porque alguien lo orilló a hacerlo a través de manipulación.
Si un día te das cuenta que ya no estás haciendo lo que disfrutas, ya no ves a tus amigos o no te vistes como solías hacerlo, es muy probable que tu pareja haya influido en ti.
No hablan sobre lo que los molesta u ofende:
La comunicación es primordial en cualquier relación. Nadie lee mentes ajenas y cuando lo intenta, lo único que se logra es asumir cosas erróneas. Es importante que dentro de una relación se puede hablar sobre lo que te molesta o incomoda, no importa si es un problema grande o uno pequeño.
Los problemas pequeños o irritaciones cotidianas pueden acumularse a tal grado que se convierten en grandes problemas que afectan duramente una relación.
Culparte por todo:
En ocasiones las relaciones padecen estrés y malos entendidos. Sin embargo, es la manera en que estos desacuerdos se abordan lo que puede provocar que te veas sumergido en una relación no saludable.
Cuando existe un problema o estás molesto, ¿tu pareja te culpa y comenta que estás exagerando, o que eres demasiado sensible? Si notas que tu pareja te culpa de todo lo que sucede e intenta convencerte de que así es, cuidado. Esta actitud es bastante tóxica.