Para protegerse en tiempos de pandemia, el tapabocas es una herramienta fundamental para evitar los contagios. Ya sea en centros públicos, de trabajo, estudio o incluso dentro de casa; el tapabocas ofrece una protección contra virus y bacterias.
Por esto mismo, el uso correcto es fundamental. De acuerdo a la CDC y expertos de la salud, la mascarilla debe cubrir nariz y boca y cambiarlo una vez haya perdido su efectividad.
Se recomienda que se cambie el tapabocas cada cuatro horas, cuando esté sucio, húmedo o sudado. Este tiempo depende del tipo de tapabocas, ya sea KN95, N95, quirúrgico o de tela, sin importar el tipo de tapabocas, se debe siempre tener uno extra a la mano para cambiar.
La efectividad de la mascarilla depende del uso que le da la persona, si esta persona la usa para ir a un supermercado es distinto que si la usa toda una jornada laboral. La manipulación de la mascarilla durante su uso es clave, pues al estar tocando o removiendo la mascarilla y volviendo a ponerla, esto puede contaminar.
La cantidad de tiempo que se lleva puesto un tapabocas es más importante que la frecuencia con la que se usa, por eso se debe hacer un uso consiente, el debido uso y desecho de los tapabocas hace una diferencia en evitar los contagios y ayudar al medio ambiente.