Si hay un animal que disfruta en la India
de una protección ejemplar es el tigre, gracias al programa Proyecto Tigre,
considerado el más ambicioso y exitoso de todos los planes mundiales que tratan
de salvar esta especie. Casi el 60% de la población asiática de tigres están en
la India. Gozan también del fervor popular, de manera que cada muerte
accidental recibe amplia cobertura mediática. Por eso, el relato sobre
canibalismo de Rakesh Shukla, un biólogo que trabaja en la Reserva de Tigres de
Kanha, en el semanario indio Frontline resulta estremecedor.
Esta reserva, ubicada en el estado de
Madhya Pradesh, se ha convertido en un observatorio magnífico del
comportamiento del animal, lo que le ha permitido asistir en directo a un acto
de canibalismo que ha protagonizado un tigre comiéndose a sus congéneres. Es
algo que ocurre cada vez que un individuo se ve obligado a proteger su
territorio. El tigre mata y devora a los cachorros, ya sea para controlar su
reserva de caza o para diseminar sus propios genes mediante la eliminación de
los cachorros de otro macho.
Según Shukla, el comportamiento caníbal
de los tigres es más común de lo que se cree, lo que le lleva a seguir
investigando la complejidad de la organización social de esta comunidad animal.“Las
luchas internas entre adultos son a menudo feroces y sangrientas, pero no
significa que haya escasez de presas para ellos en la reserva, ni tampoco que
presente una amenaza para la población de tigres”, indica el biólogo
en su artículo.
Tal es la admiración hacia este animal
en el país, que a la gente le cuesta entender que pueden morir de forma natural
debido a enfermedades, infecciones o incluso lesiones graves sufridas en una
pelea. “Los empleados de los parques se encuentran a menudo con
dificultades para explicar la naturalidad de tales muertes, especialmente
debido a su comportamiento caníbal”, concluye.
Quo.es