Al margen de los beneficios físicos de hacer ejercicio,
realizarlo a primera hora de la mañana conlleva mejoras psicológicas que nos
acompañan durante toda la jornada.
Serás más activa durante el resto del día:
Entrenar en la mañana te inspira a seguirte moviendo durante el resto del día. El estudio de la Universidad de Brigham descubrió que las personas que se ejercitaban temprano terminaban siendo más activas en general.
Duermes mejor:
Aunque los entrenamientos de la tarde pueden aumentar la temperatura corporal y estimular el cuerpo, que hace que dormir sea más difícil, ejercitarse en la mañana genera un sueño más profundo, más largo y de mejor calidad cuando te acuestas a dormir 15 horas después.
Quemas más grasa:
Aunque sí hay beneficios de comer antes de ir al gimnasio (te da más fuerza por más tiempo) un estudio del Diario de Nutrición Británico indicó que ejercitarse con el estómago vacío puede quemar hasta 20% más de grasas que cuando te alimentas previo al deporte.
Desarrollas músculos de manera más eficiente:
Al despertar, tus niveles de testosterona están en su máximo
pico, de acuerdo con el Instituto nacional de Fitness y deportes, eso hace que
la mañana sea el momento ideal para tus ejercicios de fuerza ya que tu cuerpo
está en modo construir músculos.