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Para alcanzar tus metas, y mantenerlas en el tiempo, es más efectivo seguir los siguientes pasos.
Desea cambiar
Para conseguir que los resultados obtenidos de alcanzar la meta se mantengan en el tiempo debes convertirte en el tipo de persona que consigue lo que tú quieres conseguir.
Si fueses la persona del ejemplo anterior, que desea bajar de 130 kilos a 90 kilos, debes querer convertirte en una persona saludable.
Es decir, en una persona que come sano y que hace deporte de manera regular. Mientras no quieras convertirte en esa persona, no vas a conseguir tu objetivo.
Porque tu objetivo real no es adelgazar 40 kilos, tu objetivo es pesar 90 kilos o menos de manera permanente y para ello tienes que convertirte en una persona diferente a la que eres cuando pesas 130 kilos.
Sea lo que sea lo que te plantees en la vida, piensa en qué persona tienes que convertirte para conseguirlo y si estás dispuesto a ello.
Todos queremos hacer cosas, eso no es importante, lo importante es saber a qué estamos dispuestos a renunciar para conseguirlo.
Esto es aplicable a todas las metas que te propongas.
Si quieres aprender inglés debes convertirte en una persona que habla inglés frecuentemente, o en una persona que lee inglés a menudo, o que ve películas o escucha podcast en inglés cada semana. Ya que el tipo de persona que eres hasta ahora (si no sabes inglés) es el de una persona que no sabe inglés.
Si quieres comenzar a ahorrar, debes convertirte en el tipo de persona que ahorra, es decir, aquella persona que tiene unos hábitos financieros saludables.
Planificar
Una vez que has decidido lo que quieres, y estas decido a pagar el precio, el cambio debe ser siempre gradual. Por muchas ganas que tengas al principio, no quieras hacerlo todo el primer día, lo importante es trabajar todos los días en ello.
Imagina que tu meta es subir al Everest ¿A qué no se te ocurriría hacerlo de un salto?
Más bien planificarías la ruta al detalle, aunque teniendo en cuenta que por el camino pueden surgir imprevistos que te hagan modificar tu ruta.
Con tus objetivos ocurre lo mismo. Párate a reflexionar sobre los pasos que debes dar hasta llegar a tu destino. Y divide el objetivo en pequeñas tareas que hacer en el día a día.
¡Toma acción!
Este tercer punto es obvio. Pero es el más importante y donde más solemos fallar.
Cumple con tu planificación y si un día fallas, no hagas de la excepción la regla. Sigue trabajando en tu objetivo.
Tal y como explica Alberto, cambiar de hábitos es un proceso que requiere tiempo y dedicación.
Seguro que la persona en quien te quieres convertir no se rinde a la primera de cambio.
Por perder una batalla, no des dar la guerra por perdida.
Conclusiones
Es posible que en el pasado te hayas planteado objetivos que no lograste cumplir. Y seamos sinceros, seguro que algo tuviste que ver tú en ello, pero también es posible que el método no fuese el mejor.
Es una pena que una persona con ilusión y ganas en conseguir un objetivo acabe sin conseguirlo por una mala metodología.
No seas uno de ellos.
Quiero que reflexiones sobre los objetivos que te planteaste al inicio del año (si no te planteaste ninguno ahora es el momento) y que los repases (o que los crees) teniendo en cuenta los 3 puntos desarrollados en el post.
Piensa que tus objetivos son importantes, si te los has planteado es por algo.
Espero que este post haya servido para dar un impulso a tus objetivos de año nuevo.
Fuente: abcoach.es