La pandemia
por el COVID-19 ya ha superado el umbral de los tres millones de fallecidos y ya
es muy superior al de la mayoría de las epidemias virales de los siglos XX y
XXI, con notables excepciones como la terrible gripe española y el sida.
Fuera de las epidemias, estos tres millones de muertes representan tres veces el balance de la guerra Irán-Irak, 2.000 veces el balance del naufragio del Titanic o incluso equivalen al total de la población armenia.
En 2009, la
gripe A (H1N1), llamada “porcina”, causó oficialmente 18.500 decesos.
Pero este balance fue posteriormente revisado al alza por la revista médica The
Lancet, que lo situó entre 151.700 y 575.400 muertos, una evaluación comparable
con la de las de gripes estacionales, que se cobran entre 290.000 y 650.000
vidas por año según la Organización Mundial de la Salud.
En el siglo XX, dos grandes pandemias de gripe vinculadas a nuevos virus, la de 1957-58 llamada “asiática” y la de 1968-70 “gripe de Hong Kong”-, causaron cada una alrededor de un millón de muertes, según cálculos a posteriori. La gran gripe de 1918-1919, llamada “española”, mató a 50 millones de personas, según algunas estimaciones.
Para
comprender mejor el balance de la pandemia actual, esta cifra de tres millones
representa un poco más que la población de Jamaica, Armenia o Uagadugú, la
capital de Burkina Faso. Es también tres veces el balance de la guerra
Irán-Irak (1980-1988), o 2.000 veces el del naufragio del Titanic (1.500
muertos).