El barro es
un producto natural muy utilizado en tratamientos estéticos, ya que posee
propiedades desinfectantes, desinflamantes y limpiadoras que regeneran la piel.
El uso del barro para el rostro y el cuerpo proporciona importantes beneficios, como son la regeneración de las células de la piel, la absorción de la grasa, liberación de toxinas, exfoliante y antiséptico; incluso, sus propiedades resultan refrescantes, descongestionantes, cicatrizantes, relajantes, purificadoras y desinflamantes.
Al momento
de colocarlo en la dermis, los dermatólogos recomiendan que el barro debe estar
en temperatura ambiente y no debe ser calentado, ya que puede perder parte de
sus propiedades.
Tipos de barros:
De acuerdo con el tipo de componentes, existen diferentes tipos de barros que pueden ser utilizados con fines terapéuticos. Por ejemplo, el barro negro es uno de los que más se usan, debido a su untuosidad y a su riqueza en minerales, además de retener el agua por mucho más tiempo. Si vas a utilizarlo, deberás saber que tiene que estar libre de impurezas y contaminación antes de comenzar la terapia. Este tipo de barro se emplea, sobre todo, para aquellos tratamientos de belleza del cutis, en especial para la piel mixta o seca.
Al aplicar
barro negro en tu piel ayuda a tu salud y mejora el aspecto de tu piel.
Asimismo, elimina el estrés, físico y mental, y la ansiedad. Tan solo debes
ponerlo sobre tu piel con un suave masaje y dejarlo actuar de 30 a 40 minutos.
También se recomienda el uso del barro moor: en este se encuentran residuos orgánicos de diferentes hierbas y plantas medicinales. Contiene innumerables vitaminas, aminoácidos y otros compuestos que la piel puede absorber fácilmente. Se recomienda en el caso de sufrir inflamaciones musculares como la artritis o para la recuperación de lesiones deportivas.