Un grupo de
científicos estadounidenses han realizado un estudio donde comparan las
temperaturas diarias con la transmisión del coronavirus en 50 países del
hemisferio norte. El análisis, efectuado entre el 22 de enero y el 6 de abril
de 2020, ha concluido que cuanto más bajas son las temperaturas, mayor es la
transmisión.
El SARS-CoV-2, causante del nuevo coronavirus, pertenece a una familia de virus que se caracterizan por tener más transmisión en los meses fríos y menos húmedos, de forma similar al comportamiento del virus de la gripe.
El trabajo
de los científicos mostró que, entre -1°C y 37°C, un aumento de 17 grados de
temperatura hace que la tasa de aumento de contagios disminuya un 1%; mientras
que la disminución de esos 17°C conlleva un aumento en la tasa del 3,7%.
“Aunque el coronavirus es una enfermedad infecciosa que tiene una transmisión que no depende de la temperatura, hemos demostrado que sí tiene un componente estacional. Evidentemente, la temperatura afecta a las intervenciones sociales, pero la combinación de todos los aspectos determina la propagación del virus”, ha declarado Aruni Bhatnagar, coautor del estudio y director del Christina Lee Brown Envirome Institute.
Por lo
tanto, los investigadores afirman que la transmisión de la enfermedad en verano
es más lenta, lo cual podría ayudar a las autoridades a planificar las
restricciones en estas temporadas estivales de otra manera.