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Los virus
son microorganismos que no se consideran ni vivos ni muertos, ya que necesitan
infectar células de otros organismos vivos para reproducirse.
Cuando
invaden otras células para replicarse, puede que en el proceso se adapten para
asegurar una mejor supervivencia, es entonces cuando mutan.
Los virus pueden infectar a bacterias o bien a otros seres vivos, desde una planta a un ser humano, en este proceso, utilizan las células de estos organismos para modificar las suyas o bien hacer cambios que les permitan mutar para salir de ese organismo y sobrevivir fuera de él.
Las
mutaciones pueden darse de varios modos, pueden producirse variaciones en sus
proteínas, en la cápsula o alterar su información genética, entre otros tipos
de mutaciones. Por ahora se han encontrado muy pocas mutaciones en los
distintos nuevos coronavirus que están circulando.
En el caso de los coronavirus, incluyendo el SARS-CoV-2, tienen el genoma RNA más grande conocido, de 30.000 nucleótidos, eso hace que no se puedan permitir cambiar tanto como otros virus RNA, por este motivo el número de mutaciones que se observan en el SARS-CoV-2 es muy pequeño, muchas de ellas son silenciosas, otras sí producen cambios en las proteínas del virus, pero son pocas”, explica Sonia Zúñiga, investigadora del CSIC.